Representan y venden (muy bien) el estilo parisino, esa entelequia que consiste en ir perfecta sin que parezca que se ha invertido ningún esfuerzo en conseguirlo y en estar completamente al día con la tendencia pero a la vez clásica y atemporal.
Esa cosa, en definitiva, tan díficil de lograr, pero que resulta un poco más obtenible calcando los looks que proponen tiendas como Comptoir des Cotonniers y The Kooples, pero sobre todo Sandro y Maje, que en el último lustro se han hecho muy fuertes en las principales arterias comerciales de Europa y Estados Unidos.
Desde hace unas semanas, estas marcas que se basan en el ideal de la elegancia a la francesa han pasado a ser chinas.
Uno de los mayores grupos textiles del país astiático, Shandong Ruyi Technology Group, se hizo finalmente con el grupo SMCP (siglas de Sandro Paris Maje Claudie Pierlot) tras un proceso de negociación arduo y que incluso llevó al conglomerado a barajar la posibilidad de su salida a bolsa con una oferta pública inicial registrándose en el AMF, la Autoridad de Mercados Financieros franceses.
La gama media o el denominado “lujo asequible” es un segmento de mercado que representa un promedio global de 96 mil millones de euros, con una perspectiva de crecimiento anual del 6% hasta el 2020, según Boston Consulting Group.
La clave reside en mantener lo mejor del diseño actual combinado con un precio razonable para un amplio grupo de clientas. No es lujo pero lo parece, al vender chaquetas por 495 euros y tampoco es fast fashion aunque se encuentren en más de 33 países, tengan en plantilla a más de 3,876 trabajadores y su estrategia de producto se base en la renovación constante.