Profesional del diseño busca herramientas de gestión creativa. Con una dirección en abierto, sin etiquetas y que potencie el valor en el proceso creativo.
Los caminos de la creatividad son muchos y no hay una regla única para conseguir resultados óptimos.
La creatividad y la gestión creativa en cada individuo es distinta, no existe un baremo estándar, tampoco reglas inamovibles para aproximarnos a un caso o a la resolución de un problema.
La creatividad no es patrimonio de las industrias creativas, aunque es verdad que son ellas quienes mejor provecho sacan de sus hallazgos.
Pero, cómo ser creativo y eficiente a la vez. En qué consiste esta aproximación, cómo puedo integrar ambos territorios y conocer mis competencias.
En más de una década trabajando con creativos de moda, puedo decir que son una especie aparte. Y eso tiene cosas buenas y otras, no tanto. Pero comencemos por el principio.
Qué es la creatividad y como la definimos.
La creatividad en bruto necesita encontrar un cause -como los ríos- para tomar forma, coger ritmo, tener intensidad y la fuerza necesaria para la creación. Una creatividad sin conducto es una explosión de protones sin propósito y sin objetivo.
La creatividad es un don natural y nos hace ser partícipes del todo, su naturaleza puede ser impredecible, única y que desafía muchas veces a las explicaciones lógicas.
En un sentido genérico la creatividad puede definirse como la generación de nuevas ideas mediante nuestra aproximación a los problemas o a las prácticas comunes a través de formas innovadoras o imaginativas.
Su meta es reexaminar y reinterpretar datos o creencias que dábamos por sentado, para que a través de la revisión de la experiencia pasada podamos inventar nuevas formas posibles.
Como proceso imaginativo su resultado genera valor y es altamente original. Es normal que la creatividad sea considerada dentro de las empresas como la fuente de una ventaja competitiva importante, si no es que imprescindible en algunos casos.
Gestión creativa: más allá de pensar “fuera de la caja” (cuál caja).
Tópicos muy comunes sobre la creatividad asumen que hay que acostumbrarnos a pensar “out of the box”. En realidad, la caja es un eufemismo de nuestra mente y la presunción de que los seres humanos pensamos a veces en una sola dirección las soluciones.
Pero a ver, cómo vamos a pensar fuera de nuestra mente, en realidad no es que precisamente tengamos que hacerlo sino estructurarla de manera diferente.
Una de las técnicas más conocidas es el pensamiento lateral, acuñado por Edward de Bono en 1967.
La idea es estructurar procesos de pensamiento a través de soluciones o métodos para solucionar el problema, que incluyan algoritmos, fases o estratégias poco ortodoxas.
El objetivo se resume en deconstruir la realidad para articularla de manera distinta y llegar a nuevos resultados de forma innovadora.
El pensamiento lógico también es necesario para que la persona en cuestión sea capaz de organizar y dar sentido a la introducción de cambios, posibilidades, integrar la ruptura de conceptos y reorganizarlos teniendo sentido.
Si sólo trabajásemos una parte lateral sin forma, únicamente estaríamos produciendo ideas excéntricas con poca utilidad práctica y, evidentemente, la gestión creativa no va de esto.
Personalidades creativas, todos somos creativos de alguna forma.
Durante mis clases de universidad o en seminarios profesionales con equipos creativos, potencio la idea de que cada individuo, es creativo.
La creatividad no tiene que ver con ser artista o pintor, sino tiene que ver con las ideas, con una actitud ante la vida y los procesos que hacemos propios que nos diferencian del resto.
La gente creativa suele coincidir en aspectos tales como conectar las ideas, tener la capacidad de observar las similitudes y la diferencia de las cosas. Son flexibles y con un gusto estético desarrollado. Cuestionan la realidad y las formas estándar de hacer las cosas.
Sus prácticas son heterodoxas, son inquisitivos y son curiosos por naturaleza.
Buscan la originalidad, pero dan muestras y pruebas de su trabajo. Ya que, la excelencia creativa, no se consigue con un único momento ¡eureka!, sino requiere un interés y dedicación a largo plazo, con inversión y esfuerzo constante.
Son grandes maestros de la experimentación, prueban y prueban de vuelta. Por lo tanto, son flexibles en su aproximación, porque nada es definitivo y les da la capacidad de proponer ideas nuevas.
Profesionales generalmente asociadas al hemisferio izquierdo del cerebro (medicina, química, física, o matemáticas) son altamente creativas al generar hipótesis, deducir enfermedades, comprobar distintas formas de aproximarnos a un objeto y, evidentemente, generar descubrimientos.
Gestión creativa de moda, no basta con un diseño bonito.
Uno de los ejes que considero de gran importancia es la intersección entre la educación y la creatividad. Utilizar y promover la gestión creativa como fuente de conocimiento para generar nuevos paradigmas de consumo.
Algunos temas en la agenda global actual encontramos la sostenibilidad, la ética y la diversidad, la organización de negocios en formatos colaborativos/sociales y por supuesto, la tecnología.
En teoría, los aspectos antes mencionados se nutren de innovaciones continuas para mejorar la calidad de vida de las personas y desarrollar así, nuevos agentes de cambio.
Las industrias creativas de moda han revolucionado sus procesos en los últimos años, vinculado herramientas de creatividad y estrategia en los equipos de diseño para responder de mejor forma a las necesidades de los clientes creando y aportando valor en los productos.
Capital creativo y capacidad de gestión en moda.
Por una parte, la educación en innovación en el diseño de moda se basa en capital creativo (ideas, conceptos, inspiraciones). En la otra, el desarrollo de la técnica, tanto manual, digital o híbrida.
Al final, se busca que un creativo aporte, no solo un vestido o un look bonito, sino que genere, trabaje y aumente su capacidad para enfrentar los problemas, aportar soluciones, optimizar procesos y en enfocar su creatividad de forma estratégica y rentable.
No todos los creativos responden de la misma forma a los diferentes estímulos dentro de las organizaciones, ni siquiera en las instituciones educativas.
Factores como validación con el grupo, aproximación al mundo de las tendencias o a las prácticas creativas sin objetivos comerciales, modifican el proceso de diseño y la forma en la cual, la persona creativa y su entorno, se relacionan.
Por lo tanto, es crucial que reflexionemos sobre cómo potenciar dicha creatividad y cómo podemos conservarla. También, de qué manera cada individuo gestiona su propia creatividad.
Cómo una gestión creativa eficiente puede crear valor en una célula de trabajo a través de metodologías de innovación. Analizar su grado y apostar por nuevas maneras de hacer las cosas en tiempos inciertos.
Al final, es el único camino para avanzar.
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